La fatiga es habitual en la mayoría de las enfermedades crónicas. Afecta a casi 9 de cada 10 pacientes de lupus.
La fatiga es una disminución del rendimiento de la actividad física y mental. Puede dificultar la vida cotidiana, impidiendo la realización de determinados proyectos, y puede obstaculizar las relaciones sociales. Es el síntoma que se considera más incapacitante para la mitad de los pacientes. Cuando el lupus está activo, la fatiga está directamente relacionada con la enfermedad, sobre todo si provoca dolor o una fuerte inflamación.
Por otro lado, cuando el lupus parece estar bajo control, la causa de la fatiga no se conoce bien.
Hay varios factores implicados: el nivel de rendimiento muscular (debilidad muscular inducida por la ingesta prolongada de cortisona, pérdida de condición física), la posible asociación con la fibromialgia y los trastornos del sueño apuntan a veces a un estado depresivo.
Fatiga: un signo de la actividad del lupus, pero no exclusivo. Hay que eliminar otra causa de fatiga orgánica, como la anemia, o la disfunción de la glándula tiroides.
La fatiga suele ser un reflejo de la actividad de la enfermedad. El dolor articular o muscular persistente y la preocupación por la actividad de la enfermedad, que provoca alteraciones del sueño, son posibles causas de la fatiga relacionada con el lupus. Sin embargo, la fatiga a veces persiste a pesar de un buen control de la enfermedad, lo que sugiere la existencia de otros factores.
Estos pueden incluir::
Una enfermedad autoinmune asociada al lupus, como el distiroidismo (hipo o hipertiroidismo), la miastenia gravis o el síndrome de Sjögren (que a veces provoca pérdidas de potasio o fósforo en la orina). La fibromialgia, que también está presente en alrededor del 15 al 25% de los pacientes con lupus, también puede ser una parte importante de la fatiga
Anemia, cuyas causas son múltiples.. La fatiga se acompaña entonces de falta de aire.
Insuficiencia suprarrenal tras la interrupción de un tratamiento prolongado con corticoides.
Problemas hormonales: el cansancio suele acompañar a las dificultades de la ovulación y se produce más bien en la segunda parte del ciclo: muchas mujeres se sienten agotadas en la víspera de la regla.
Una enfermedad no relacionada con el lupus, incluyendo una infección.
Los factores psicosociales suelen estar asociados, como en muchas enfermedades de larga duración:
La ansiedad suele estar presente y puede persistir, incluso fuera de cualquier brote de la enfermedad.
A veces, los estados depresivos están presentes y pueden expresarse mediante un estado de fatiga crónica, de forma aislada. Entonces es necesario buscar un hipotiroidismo. En las situaciones de fatiga llamada "nerviosa", es la ansiedad o la tensión nerviosa la que permite resistir. La depresión cansa, pero la ansiedad a veces ayuda a mantenerse. En este caso, cuanto más cansado esté, más luchará contra el agotamiento, utilizando sus reservas y recurriendo a estimulantes como el café.
La fatiga también puede ser consecuencia de un estrés excesivo. Es entonces un resultado de la adaptación.
El cansancio que persiste tras el brote de lupus suele tener varias causas:
La ansiedad o la depresión pueden ser el resultado de su preocupación por su enfermedad.
El estrés cotidiano ligado a la sociedad moderna que impone una carrera incesante: el trabajo (horarios, estrés profesional, miedo al despido), los transportes públicos, las obligaciones familiares, la hiperconexión a los correos electrónicos, los textos...
Los medicamentos y la propia enfermedad también tienen que ver
La fatiga, que afecta a 9 de cada 10 pacientes, no suele tener una causa evidente cuando el lupus parece estar bien controlado. Se asocia fácilmente a factores psicosociales inespecíficos, como la ansiedad, el estrés o la depresión.