Sí, el lupus puede evolucionar hacia el daño renal, pero es bastante raro, excepto en los niños.
Son frecuentes las formas de lupus con un inicio principalmente cutáneo y articular. Provocan lesiones cutáneas y dolores articulares. Estas formas, si se tratan de forma rápida y suficiente (normalmente con antimaláricos sintéticos (hidroxicloroquina, cloroquina), cortisona en pequeñas dosis durante un tiempo limitado y, si es necesario, con metotrexato añadido al tratamiento anterior) posiblemente nunca se acompañen de otros trastornos.
La aparición del daño renal, si no existe inicialmente, es más rara tras varios años de evolución. Sin embargo, debe ser buscada regularmente mediante un examen de orina, ya que el daño renal del lupus no provoca inicialmente ningún síntoma, ni siquiera dolor de riñón. Los pacientes de piel negra y los asiáticos son más propensos a desarrollar una complicación renal.
La afectación renal del lupus se traduce en una inflamación del riñón que conlleva la aparición de proteínas en la orina (albuminuria o proteinuria) y/o glóbulos rojos (hematuria). La búsqueda de albúmina y sangre en la orina se hace más frecuentemente en los niños que en los adultos. La puede realizar fácilmente su médico de cabecera o en el hospital mediante pruebas instantáneas, en forma de tiras que se sumergen en la orina. Se trata de un examen de cribado muy sensible que debe realizarse al menos cada 6 meses, y a veces con mucha más frecuencia al principio de la enfermedad, especialmente cuando hay un nivel elevado de anticuerpos del ADN nativo o una disminución del complemento. Los análisis de proteinuria realizados en el laboratorio con una muestra de orina o con orina de 24 horas son más precisos.
Así pues, si la búsqueda de albúmina y/o sangre es negativa en la tira, significa que no hay un daño renal importante. Si el examen es positivo, es necesario comprobar primero que la presencia de proteínas y/o sangre está relacionada con el lupus mediante un examen biológico de la orina. De hecho, una infección del tracto urinario banal, o una recogida de orina mal hecha durante la menstruación también pueden hacer que el examen sea positivo. Si la presencia de albúmina y/o de sangre se relaciona con el lupus, su médico le propondrá una biopsia renal, generalmente realizada por punción bajo anestesia local y seguimiento ecográfico. Se toman dos fragmentos milimétricos del mismo riñón y se analizan bajo el microscopio. En caso de tratamiento anticoagulante, la biopsia puede realizarse a través de una vena del cuello con una guía que baje hasta la vena del riñón para tomar las muestras (biopsia transyugular) limitando el riesgo de sangrado. En ambos casos, la biopsia renal no suele ser un examen muy doloroso (aparte de las molestias de la anestesia local), ya que no hay nervios dentro del riñón.
Existe un riesgo bajo de hematoma renal tras la biopsia. Este paso esencial permitirá analizar su riñón bajo el microscopio y determinar la magnitud del daño renal.
Debido a que el daño renal es difuso, es decir, repartido por todo el riñón, una biopsia de unos pocos milímetros proporciona información sobre el estado general de los 2 riñones.
La presencia de albúmina en la orina durante el lupus puede ser el resultado de una afectación renal leve, que puede no dañar los riñones, o de un daño grave que puede conducir a la insuficiencia renal en ausencia de un tratamiento eficaz. Por ello, la biopsia renal es fundamental para orientar el tratamiento.
El daño renal no provoca inicialmente ningún síntoma, debe buscarse mediante un examen de orina (búsqueda de proteinuria) practicado regularmente y durante muchos años.
La búsqueda de la afectación renal del lupus se realiza mediante un examen de orina: prueba instantánea con una tira de orina, o dosificación de la proteinuria en el laboratorio, imprescindible cuando la tira es positiva.
< Este examen debe repetirse sistemáticamente a lo largo de la duración del lupus, más frecuentemente durante los primeros años de la enfermedad
< Su positividad suele justificar la realización de una biopsia renal.