SÍ.
¿Qué es un descenso del recuento de plaquetas (llamado trombocitopenia)?
Las plaquetas son pequeños trozos de células en forma de disco que circulan por la sangre y ayudan a la coagulación de la misma, cuando se ensamblan como los ladrillos de un muro para bloquear las hemorragias. El lupus puede provocar una disminución de las plaquetas, denominada trombocitopenia. Esta trombocitopenia autoinmune suele estar asociada al lupus, y más raramente a otras enfermedades autoinmunes. También puede existir por sí sola, con el nombre de "púrpura trombocitopénica inmunológica". Esta trombocitopenia, a veces muy importante (menos de 10.000 plaquetas/mm3), puede provocar entonces hemorragias generalmente benignas. Estas hemorragias se traducen en pequeñas manchas moradas en la piel, que reflejan una hemorragia subcutánea (llamada púrpura), pero también en otras manifestaciones como el sangrado de las encías o de la nariz, o más raramente en otros órganos (hemorragia digestiva o cerebral).
Estas complicaciones hemorrágicas graves son muy raras durante el lupus.
¿Qué causa la trombocitopenia en el lupus?
La trombocitopenia en el lupus suele explicarse por los autoanticuerpos dirigidos contra las plaquetas que tienen la capacidad de destruirlas.
¿Qué hay que hacer en caso de trombocitopenia?
Sólo una trombocitopenia importante, con amenaza hemorrágica, justifica un tratamiento de urgencia, que suele incluir la cortisona, pero también a veces otros fármacos como las inmunoglobulinas intravenosas.
Normalmente no es necesario transfundir plaquetas, excepto cuando hay un síndrome hemorrágico importante, que amenaza la vida del paciente. En caso de trombocitopenia crónica marcada con episodios de hemorragia, es a veces necesario utilizar una bioterapia o un inmunosupresor además de la cortisona y la hidroxicloroquina. En el pasado, cuando esto no funcionaba, se consideraba la posibilidad de extirpar el bazo (esplenectomía), pero hoy en día suelen ser suficientes otros medios médicos. Esta extirpación se realiza mediante una operación quirúrgica bien definida. Es posible llevar una vida normal sin bazo porque este órgano, que puede participar en la destrucción de las plaquetas, no es esencial en los adultos. Esta extirpación del bazo requiere una vacunación específica para garantizar la protección contra determinadas infecciones, entre ellas las pulmonares (neumonía neumocócica), que son más frecuentes en las personas sin bazo. Para ello, se le vacunará (vacuna neumocócica, meningocócica y contra el Haemophilus y la gripe) y, en caso de infección microbiana, deberá recibir un rápido tratamiento.
El lupus puede provocar un descenso de las plaquetas llamado trombocitopenia que se explica por los autoanticuerpos que destruyen las plaquetas. El tratamiento urgente debe realizarse sólo en caso de hemorragia importante. Este tratamiento incluye cortisona, y a veces otros medicamentos.
En algunas formas de trombocitopenia crónica, sigue siendo necesaria a veces la extirpación del bazo (esplenectomía). Esta intervención quirúrgica, bien definida, puede realizarse sin temor en un sujeto adulto, siempre que se lleven a cabo vacunaciones para prevenir el riesgo de infección, en particular las enfermedades neumocócicas.