La cortisona es una hormona producida naturalmente en el cuerpo por las glándulas situadas justo encima de los riñones, llamadas glándulas suprarrenales. Esta hormona tiene un potente e inmediato efecto antiinflamatorio y analgésico.
También puede actuar sobre ciertas células inmunitarias, como los linfocitos, y así disminuir los signos de actividad del lupus.
La prednisona es un derivado de la cortisona con efectos antiinflamatorios reforzados.
El objetivo de los corticosteroides es poner el lupus bajo control.
Dependiendo de cada situación clínica, la dosis de cortisona necesaria puede variar. Cuando sólo hay afectación articular y cutánea, una dosis baja de 0,10 a 0,20 mg/kg de equivalente de prednisona al día puede ser suficiente para el cese o para reducir sustancialmente la actividad del lupus. En otros casos, es necesaria una dosis más alta de 0,5 a 1 mg/kg equivalente de prednisona al día, especialmente en caso de inflamación de las capas del corazón o de la pleura. En caso de daño renal, con una pérdida importante de albúmina, es necesaria una dosis de 0,5 a 1 mg/kg de prednisona equivalente al día, a veces tras la administración de dosis elevadas por infusión intravenosa durante 1 a 3 días (bolo de cortisona). Esto ayuda a reducir rápidamente la actividad del lupus.
Esto se hace con un tratamiento de inducción de 3 semanas en general, a dosis más o menos elevadas. A continuación, el objetivo es reducir gradualmente las dosis hasta alcanzar la dosis más baja posible para mantener la remisión (dosis mínima eficaz).
Suele ser alrededor de 0,1 mg/kg (6 mg si el peso es de 60 kg) de equivalente de prednisona al día.
En algunos pacientes, la cortisona puede suspenderse si el tratamiento de fondo (hidroxicloroquina) es suficiente para controlar la enfermedad.
Se recomienda tomar la cortisona por vía oral en una sola dosis, por la mañana. Si se toma por la noche, existe el riesgo de que se produzcan trastornos del sueño. Una toma matutina también respeta mejor el ciclo natural diario de evolución de los niveles de cortisona natural producidos por el organismo. Puede ocurrir, por ejemplo, en algunos casos de dolores articulares importantes, que se recomiende una segunda dosis, más baja, al final del día durante algún tiempo.
El objetivo del tratamiento con corticosteroides es reducir rápidamente la actividad del lupus. Tras el tratamiento inicial, la cortisona debe reducirse gradualmente hasta una dosis mínima efectiva, lo más cercana posible a 0,1 mg/kg.