La cortisona puede administrarse por vía oral (per os) mediante comprimidos, por inyección intramuscular o intravenosa (directa o por perfusión), localmente por infiltración articular o, por último, aplicándola directamente sobre la piel (percutáneamente) en relación con la articulación (gel, crema...) o sobre determinadas erupciones lúpicas.

La vía de administración habitual sigue siendo la oral, con comprimidos. El fármaco que recomendamos es la prednisona/prednisolona, porque es menos tóxico en caso de uso prolongado, que algunos otros preparados.

La vía intravenosa habitual es por infusión. La idea es administrar, en pocas horas (de 2 a 6 horas), una gran cantidad de cortisona para tener un efecto inmediato muy importante de reducción del dolor y antiinflamatorio (sin tener los efectos nocivos de este tipo de tratamiento si se administrase por vía oral en una dosis equivalente).

Las perfusiones suelen repetirse 3 días seguidos. Esta modalidad terapéutica se denomina "pulso de cortisona". El efecto de esta perfusión suele durar unas semanas.

Sin embargo, este tipo de tratamiento requiere precauciones especiales (exámenes antes de la perfusión, reposo estricto y vigilancia durante y después de la perfusión). Esto justifica la hospitalización para su administración. Más raramente, en el lupus, la cortisona puede administrarse en forma de inyección articular. Esto es posible sobre todo en las grandes articulaciones, como la rodilla, en caso de derrame articular recurrente, que es poco frecuente.