La acupuntura, la homeopatía y la medicina alternativa no han demostrado su eficacia en el lupus.
La acupuntura y la mesoterapia (que consiste en la aplicación de múltiples inyecciones subcutáneas de fármacos) pueden aportar a veces cierto alivio, pero no permiten controlar la enfermedad.
El riesgo de la mesoterapia es que las moléculas inyectadas durante ese tratamiento pueden interferir con el tratamiento tradicional, y provocar también una reacción alérgica local o incluso una infección.