controlar el brote de la enfermedad y poner el lupus en remisión..
corregir todas las causas habituales de la fatiga. Por ejemplo, la anemia o la falta de hierro, que son muy frecuentes en las mujeres (una de cada tres mujeres en edad fértil).
Identifica tus ritmos naturales: el cuerpo tiene un ritmo de 24 horas con un periodo de vigilia y otro de sueño. Hay, durante el día, 2 picos de vigilia: a las 10 de la mañana y a las 5 de la tarde. Por el contrario, la falta de energía, o la somnolencia, puede aparecer justo después de la comida debido a la hipoglucemia que se produce en la digestión temprana. Para recuperar la forma, hay que vivir a su propio ritmo: algunas personas son "matutinas", otras son "noctámbulas". Para tener un sueño reparador, hay que saber desconectar de las preocupaciones cotidianas. El peor obstáculo para el sueño es el flujo incesante de pensamientos. La relajación, la sofrología, la hipnosis pueden tener efectos beneficiosos. Hay que evitar los somníferos de tipo benzodiacepinas. En general, no proporcionan un buen sueño reparador. El sueño artificial es ligero, con una disminución del sueño profundo, que es necesario para recuperarse. En efecto, a veces los durmientes de larga duración, cansados durante el día, pueden tener un mejor sueño profundo durmiendo menos.
realizar o reanudar una actividad física regular y progresiva, como caminar, montar en bicicleta o nadar.
Llevar una dieta equilibrada, evitando el consumo de demasiados azúcares, ya que éstos estimulan los picos de insulina y provocan una brusca caída del azúcar en sangre. La hipoglucemia provoca somnolencia o pérdida de energía. También es necesario evitar el consumo de chocolate por la noche, ya que puede tener un efecto similar al de una taza de café.
controlar su espacio de trabajo, limitando las dificultades diarias relacionadas con el transporte y el estrés.
La fatiga y el lupus suelen estar asociados, incluso si el lupus está en remisión.