Debido a su gran heterogeneidad, el lupus a menudo requiere una gran experiencia para su diagnóstico, teniendo en cuenta todos los aspectos de los síntomas y los parámetros biológicos. Los especialistas se basan en su experiencia y en los criterios de clasificación, diseñados inicialmente con fines de investigación científica, para elaborar su diagnóstico.
La comunidad científica internacional ha definido criterios de clasificación para poder diagnosticar el lupus sistémico. Se han propuesto dos clasificaciones principales (véase el anexo 2).
La del Colegio Americano de Reumatología (ACR), que tiene 11 criterios.
La presencia de al menos 4 de estos 11 criterios permite clasificar a un paciente como enfermo de lupus sistémico.
Los criterios ACR/EULAR del año 2019 en los que un paciente puede ser clasificado con Lupus Sistémico cuando alcanza una puntuación de 10 o más si se cumplen los criterios de entrada.
El diagnóstico del lupus se basa en la comparación de los signos clínicos y biológicos de la enfermedad.
El diagnóstico formal puede tardar a veces varios meses.