Hay dos formas de lupus:
El lupus espontáneo, que se produce sin factores inductores conocidos o reconocidos, y el lupus inducido, que está causado por la exposición a agentes ambientales, incluidos ciertos fármacos.
En el caso del lupus espontáneo, se distinguen diferentes formas:
El lupus cutáneo puro o aislado en el que el daño se limita a la piel, y el lupus sistémico que es una enfermedad que puede afectar a varios órganos o sistemas (piel, articulaciones, riñones, corazón, vasos...).
Estas diferencias se explican probablemente por el hecho de que el lupus no tiene UNA "causa", sino que es la consecuencia de varias "causas" aún poco conocidas que difieren entre los pacientes. La variabilidad de los síntomas explica que el manejo y el tratamiento del lupus se adapte a cada paciente.
¿Qué es el lupus inducido por medicamentos?
El lupus inducido se denomina así porque se produce tras la exposición a agentes del entorno, como ciertos fármacos. Se considera entonces que el lupus ha sido "inducido" por la toma de estos fármacos. Entre estos fármacos, destacan la doxiciclina (antibiótico prescrito contra el acné), el sulfametoxazol + trimetoprim (otro antibiótico), algunos antiepilépticos (carbamazepina), algunos antituberculosos, más raramente los betabloqueantes (antihipertensivos) y los anti-TNF. La lista de fármacos potencialmente inductores es muy larga (ver pregunta 43). Por lo general, la interrupción del fármaco "inductor" conduce a una desaparición bastante rápida de los síntomas clínicos de la enfermedad.
Algunos agentes ambientales (en particular, sílice) también pueden favorecer la aparición del lupus, que en algunos casos puede reconocerse como una enfermedad profesional (véase la pregunta 12).
El lupus inducido es consecuencia de la ingesta prolongada de ciertos medicamentos.
Por lo general, la interrupción del fármaco inductor conduce a una desaparición bastante rápida de los síntomas clínicos.