Como su nombre indica, la terapia inmunodepresora tiene como objetivo disminuir la actividad del sistema inmunitario. En efecto, durante el lupus, sabemos que se produce una "hiperactivación" del sistema inmunitario, incluidos ciertos glóbulos blancos llamados linfocitos. Por ello, muchos tratamientos inmunodepresores se dirigen a estos linfocitos y pretenden reducir su número y actividad. Aunque algunos de estos inmunodepresores pueden utilizarse en oncología a dosis más elevadas, el término (anticanceroso) "quimioterapia" no debe utilizarse cuando se prescriben estos fármacos durante el lupus.

Los principales inmunodepresores utilizados durante el lupus son::

Metotrexato, por vía oral o subcutánea,

Azatioprina oral.

Ciclofosfamida, principalmente en forma de perfusión intravenosa y más raramente por vía oral.

Ácido micofenólico oral.

El metotrexato se utiliza principalmente en la afectación articular grave. La azatioprina, la ciclofosfamida y el ácido micofenólico se prescriben en otras formas de lupus con afectación visceral grave (daño renal, daño neurológico).

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