La IRM utiliza la energía magnética de los protones para estudiar con gran precisión muchos órganos como el cerebro, la columna vertebral, las articulaciones y los tejidos blandos. Es de gran utilidad cuando se requiere un análisis muy detallado y las lesiones no son visibles en las radiografías, ecografías o TC estándares. Permite obtener imágenes transversales en diferentes planos y reconstruir en tres dimensiones la estructura analizada.