Los anticoagulantes son moléculas destinadas a retrasar o impedir la coagulación. Hacen que la sangre sea más fluida y pueden provocar hemorragias. Estos fármacos se utilizan para el tratamiento y la prevención de trombosis (coágulos sanguíneos fijos en la circulación venosa) y embolias (coágulos sanguíneos móviles que pueden llegar a la circulación arterial pulmonar). Existen 3 variedades de fármacos pertenecientes al grupo de los anticoagulantes: las heparinas, los antivitamínicos K y los anticoagulantes orales directos (ACOD).